¿DONDE NACE LA
ESCRITURA? ¿MESOPOTAMIA O EGIPTO?
El hombre comienza a expresarse
por medio de la escritura mediante proto
escrituras pictográficas; esta escritura se representaba por medio de dibujos
en cuevas o cavernas.
No obstante, para los sumerios
todos los signos eran palabras, incluidas las sílabas, su sistema de escritura,
no resultaba sencillo aprenderla requería años de arduo esfuerzo.
La figura del escriba se hizo entonces
imprescindible, si en algún lugar el escriba es representativo de una
civilización, esto resulto obligado mirar hacia el Antiguo Egipto.
En cuanto las primeras muestras de escritura
realizadas por el ser humano proceden de la ciudad sumeria de Uruk, erigida en la orilla derecha del río Éufrates,
en la Baja Mesopotamia, Allí, una expedición arqueológica alemana halló en 1929
millares de tablillas de cerámica grabadas con signos cuneiformes caracteres en
forma de cuña que datan de alrededor del año 3300 a.C.
Tras
descifrarlas, lo que más asombró a los especialistas fue que, en fechas tan
tempranas, pudiera ser posible una escritura tan precisa, en cuanto varias
décadas, la más enconada polémica entre egiptólogos y orientalistas estuvo
centrada precisamente en el tema de la invención de la escritura: ¿fueron los
mesopotámicos o los egipcios?
Los métodos arqueológicos de datación más avanzados han resuelto la cuestión otorgándole el honor a Mesopotamia.
Los métodos arqueológicos de datación más avanzados han resuelto la cuestión otorgándole el honor a Mesopotamia.
La escritura egipcia surgió algo más tarde, hacia el año 3100
a.C. Y lo hizo provista ya de todos sus medios técnicos, los jeroglíficos se
emplearon durante más de 3.000 años, hasta el siglo IV de nuestra era. Se puede
datar con toda exactitud el lugar y la fecha de la última inscripción: en la
isla de Filae, el 24 de agosto del año 394.
Respecto a la escritura
cuneiforme mesopotámica, el último testimonio se remonta al año 75, también de
nuestra era. Paradójicamente, proviene de Uruk, la misma ciudad que vio nacer
la escritura.
Lo cierto es que aquellos
remotísimos sistemas de notación eran de un manejo muy complicado, estaban
reservados a castas de especialistas que no sólo preservaban su cultura, sino
también sus privilegios.
De
ahí que los escribas manifestaron una férrea hostilidad hacia cualquier
simplificación, pues ello podría hacer peligrar su puesto de trabajo, así la
escritura cuneiforme mesopotámica contaba, hacia su ocaso, con varios
centenares de signos.
Y los jeroglíficos con casi cinco
mil, podían haber evolucionado hacia una mayor simplificación, hasta encontrar
un verdadero alfabeto, pero, sencillamente, los escribas no supieron o no
quisieron inventarlo.
La simplificación llegó desde otras
geografías. Numerosos pueblos residentes en la periferia del foco sumerio estos
aplicaron las grandes posibilidades que les daba el imperfecto silabario
cuneiforme.
Ninguno de estos pueblos llegó a
desprenderse por completo del uso de los signos léxicos, pero redujeron su
número de manera significativa y sistematizaron el empleo de los silábicos.
Hacia el siglo XIII a.C., por ejemplo, los
montañeses de Elam obtuvieron un sistema de 102 signos silábicos y sólo siete
léxicos, la culminación, sin embargo, se alcanzaron en Creta en torno al año
1450 a.C., con un sistema de tan sólo 62 signos silábicos.
No obstante, para los sumerios todos los
signos eran palabras, esta interpretación finalmente que debían de formar
parte de un sistema de contabilidad se hizo presente con semejantes ábacos.
Se encontraron fichas de cálculo,
destinadas según su forma a contabilizar distintos productos agrarios o ganaderos,
eran antiquísimas. De hecho, las más primitivas podían datarse unos 9.000 años
antes de Cristo.
Aún faltaban 5.000 años hasta la
aparición de la escritura! Durante ese remoto periodo, las fichas no sufrieron
variación sin embargo, hacia el año 3500 a.C. empezaron a producirse cambios
significativos en la región.
Surgieron las primeras ciudades
y, con ellas, transformaciones socioeconómicas a gran escala, como el aumento
de la población, la especialización artesana y el establecimiento de una
auténtica producción en masa.
La necesidad de una contabilidad
cada vez más compleja se hizo patente sobre el sistema de los calculó: las
fichas no sólo se diversificaron en nuevas sub variedades, sino que muchas de
ellas se perforaron, como claro testimonio de que fueron ensartadas a modo de
registro en transacciones comerciales de cierta envergadura.
Derivado
de los calculó ensartados, apareció entonces un nuevo sistema para mejorar las
garantías en los negocios entre mercaderes. Consistía en introducir varias fichas
dentro de una bola hueca de arcilla o bullae, que luego se sellaba Sólo salían
a la luz cuando se rompía la esfera.
Es así como distintas investigaciones
acreditan que en Mesopotamia nace la escritura; mientras que en Egipto sufrió
diferentes cambios que fueron representados a base de dibujos que son prueba donde
la existencia de jeroglíficos no podría confirmar con la exactitud pero según
11,000 a. C. ya existían dichas representaciones, que se han dado a conocer con
las investigaciones previas de estos arqueólogos.
El enigma del antiguo Egipto
resguarda muy celosamente los secretos que se siguen siendo tema de
investigación
No hay comentarios:
Publicar un comentario